
La bestia parecía dormida, pero cuando despertó hizo estragos. Boca, que mantenía un perfil bajo e inactivo al comienzo del mercado de pases, resucito sus negociaciones y en menos de diez días confirmo las sumatoria de Mauro Zarate, Carlos Izquierdoz, Sebastian Villa y Gustavo Gómez.
Los últimos dos, nacidos en Colombia y Paraguay respectivamente, no solo llegan para aportar lo suyo en lo que queda de la Copa Libertadores sino que también además arriban con un problema bajo el brazo: la acumulación de extranjeros.
El equipo azul y oro, que ya cuenta en su plantel con Sebastian Pérez, Nahitan Nandez, Frank Fabra, Wilmar Barrios y Edwin Cardona, superaría el máximo de extranjeros permitido en la Superliga, que asciende a seis. Y si bien no tendría problemas en el certamen más prestigioso del continente, sus siete jugadores foráneos podrían perjudiciales en el ámbito local.
Dispuestos a solucionar el tema, Boca buscaría desprenderse de Pérez, el jugador más prescindible de todos los que no cuentan con nacionalidad argentina, o de Nahitan Nandez, con quien podrían realizar un fructifero negocio basado en su actuación en Rusia 2018.
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